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Un vecino de esa pirámide dijo que todo era normal en horas de la mañana y que de un momento a otro empezaron a sacar escritorios y muebles en un camión.
Hacia las 2:00 p.m. cuando don Jairo Cortés, un jubilado del Seguro Social, se enteró de que la pirámide en la que había confiado sus ahorros había cerrado sus puertas sin dejar rastro, su cara era de amargura.
Al igual que él, cientos de bugueños que depositaron sus dineros en esta empresa que ofrecía rendimientos del 120% se apostaron en la sede vacía, ubicada en la Calle 6ª número 9-55, con la esperanza de que alguien les diera razón a donde se habían ido los promotores de esa empresa captadora de recursos.
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En el mismo sentido se pronunció Abelardo García, quien consignó ocho millones a sabiendas de que el negocio era de alto riesgo.
“Eso le pasa a uno por confiado y ambicioso, pues yo era consciente de que en otras partes del país ha pasado lo mismo”, manifestó Yadira Sánchez, una vendedora de ropa, quien creía que con los rendimientos que le iban a producir los seis millones de pesos que invirtió en la pirámide se iba a ir a Medellín a comprar el surtido de diciembre.
Lo cierto es que mañana martes las personas afectadas irán en grupo a la Fiscalía a entablar las respectivas denuncias, con la esperanza de que las autoridades den con el paradero de los estafadores, que no sólo se alzaron con las ilusiones de muchos incautos, sino con la no despreciable suma de $2.700 millones que habrían recaudado en los escasos 20 días que estuvieron funcionando en la Ciudad Señora.
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